Frenesí por tu hermosura

La vida pasa y no se detiene, pero en cada una el ser humano llega a experimentar cosas agradables e inolvidables. Como por ejemplo conocer a ese alguien que nos llena los ojos y el corazón. 

Entonces quedamos extrañados porque es alguien que no hemos visto nunca pero que nos cae de maravilla. Comienza una nueva ilusión y despierta en lo más profundo de nuestro ser aquel sentimiento que trasciende en el universo entero. Mas lo exterior alimenta y sacia ese hambre por apreciar lo que nos ha gustado en demasía. 


Rosas y guirnaldas cubren su cabello 
vestida de lino fino y de seda extraordinaria 
con zapatos de taco corto 
todo ajustado para llamar la atención 
nada comparable con el rocío de su ingenuidad 
y esa sonrisa que cautiva con su andar. 

Y yo de nuevo en el mismo lugar 
sentado en primera fila para poderla gozar 
la admiro como un niño a su ídolo de plástico 
o como un hombre a su tesoro más preciado 
aquella señorita de blanca piel 
esa mujer que coquetea hasta con el viento 
ha sabido tomar mi corazón enamorado 
y lo ha puesto en sus manos para dejar en claro que nos amamos. 

Felizmente nos correspondemos 
vivimos una historia de amor encantada 
llena de ilusiones y de sueños jamás contados 
porque valoramos lo original 
y optamos siempre por nuevas y deliciosas aventuras 
ella es única y así tenía que ser nuestra relación. 

Llega el otoño siniestro 
y a pesar de todo sigue nuestro carisma 
nos alborotamos en plena decadencia natural 
no somos egoístas ni ajenos a la bella muerte de los parques 
simplemente jugamos 
porque así juegan los niños cuando sienten algo especial. 

Pero también es época de romanticismo 
de eso todos lo sabemos pues los grandes poetas se inspiran 
y a veces la melancolía genera más tristeza o amor genuino 
depende del ánimo y de las ganas de entregarse al amor. 

Pero ella y yo ya lo decidimos 
ahora estamos frente a frente como queriendo extender el tiempo 
para seguir sintiendo esas cosas tan repentinas 
para disfrutar del aroma del amor 
que no se va en plena garúa. 

Nos sujetamos de las manos para no dejarnos escapar 
ella no desea marcharse ni yo quiero dejarla de mirar 
su cuerpo es tan bendecido que hasta el aire desea acariciarla 
entonces se siente un ventarrón inescrupuloso 
que remueve fuertemente su delicado cabello 
y se cubre ese rostro tan fugaz 
con sus mansos brazos con los que me cobija. 

Ya en casa me deleito con sus fotografías 
el recuerdo de lo que tuve hace algunos minutos 
completa esta sesión de recuento de imágenes insuperables 
deseo volverla a tener 
necesito observar sus gestos 
quiero otra vez ser amado por su calor. 

Anhelo nuevos paseos 
nuevas caricias tan sublimes 
y miradas que lo dicen todo.


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