Nuevo Poema XXI

Las penas de amor suelen ser duras, pero más duro es no haber amado nunca, y lamentablemente son muchas las personas que viven esa tragedia, es lamentable pero qué le vamos a hacer. “Uno no puede mandar en el corazón”, una frase tan sabia que describe una triste realidad, y que por cierto se usa en la mayoría de los casos donde es casi imposible no utilizarla. 

Para quienes han querido y han recibido amor, pero que ahora ya no aman, y por el contrario sufren una pérdida irreparable, aquí un poema con el que de seguro se identificarán. 

Nuevo Poema XXI

Tanto la quería

que cuando amanecía daba gracias por tanta dicha

por verla acostada tan mansa, tan dulce.

Tanto la quería

que cuando atardecía esperaba con ansias que anocheciera para amarla como nunca

era tan linda, que a veces sentía miedo.

Tanto la quería

que dudaba hasta de su caminar

pues tan hermoso espectáculo era para mí como para cualquiera.

Tanto la quería,

que no quería perderla

pero ahora mis palabras y mi aliento son de nadie

o quizás de ella aún,

entiendo que ella debió olvidarme

pero la recuerdo como si me hubiera dicho “espérame un momento”.

Tanto la quería,

que creo imaginar que aún me quiere,

que piensa en mí, como yo en ella

por la mañana, por la tarde y por la noche,

y es que nuestras noches eran espectaculares.

Tanto la quería

que me niego a perderla,

me niego a decirle a todos que mi amada es ahora de otro, o de nadie.

Nuestras noches, ¡qué noches!

tan románticas, tan sublimes.

Tanto la quería,

que a veces no duermo para poder reflexionar en lo que pasó

para hallar una solución y así continuar lo que jamás tuvo que acabar.

Tanto la quería,

que ahora siento que la quiero más

y me pregunto si podré visitarla alguna vez, para decírselo,

para decirle que la extraño

con toda mi pasión, con toda mi locura.

Tanto la quiero

que haré lo necesario para volver con ella

para decirle que siempre la quise y que me muero sin ella.

Tanto te quiero

que sé que aún me esperas.

Autor: A. Franco