Cuando alguien tiene buena fortuna, se le dice que su estrella está brillando en el firmamento, pero qué hay de la otra moneda, o sea, de quienes no tienen absolutamente nada, de aquellos a los que quizás la mayoría los ha dado como perdedores y de quienes nada se espera en el futuro. Estas personas prácticamente han venido al mundo en un día donde las estrellas no salieron o porque las tinieblas cubrieron hasta el necesario resplandor del sol.
Un rumbo sin
estrellas
Largos momentos pasa
el necesitado
parecen interminables
las angustias y los pesares
mágica es la felicidad
que sólo llega cuando
se imagina
¿por qué vivir así?
por qué no ser como
los de la buena estrella.
Tengo prisa por salir
del hoyo
tengo miedo quedarme
aquí
tengo prisa de ver el
resplandor de sol
quiero ser más
poderoso
para tratar de ir
contra esta corriente
nunca un poco de
alegría
nunca un poco de amor
jamás la luz de una
noche alumbrada.
Ya me ves aquí de
nuevo
tratando pero parece
imposible
qué debo hacer para
despertar en el lugar que anhelo
qué puedo empezar a
hacer para estar allí donde es felicidad
hasta cuando debo
luchar para ver esas estrellas.
Tanto esfuerzo en
vano,
¿hasta cuándo podré
soportar?
¿y por qué sigo aquí?
Son preguntas que se
resolverán solas luego
pues sé que estoy en
el camino
aunque el triunfo lo
veo desde muy lejos.
Si ya muchos han
conseguido esto
también lo haré yo
pero de forma diferente
pues distinta es mi
realidad
y distinta es la vida
que ahora tengo
nada de valor he
cosechado
pero ya es momento
ya es hora de atrapar
un poco de ese éxito
para poder así
aprovechar las bondades de estar vivo.
No es cuestión de
derrumbarse
es hacer y no pensar
nada más
la competencia es muy
fuerte
ya que no he tenido
una buena estrella
pero sé que hay
muchas oportunidades
las aprovecharé todas
y ahora mis problemas
los llamo retos
los libraré todos
y así crearé mi propia
luz.
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