Los caminos de la vida a veces son muy distintos de lo que nos cuentan, al parecer no son lo que quizás esperábamos, y por lo general son muy duros, convirtiéndose en una verdadera pesadilla, es un auténtico martirio. Los intentos por salir adelante al parecer son en vano, la mala racha sigue, el dolor prevalece y las miradas maliciosas que juzgan sin razón.
En ocasiones es complicado salir del hoyo, nuestro esfuerzo se ve minúsculo, tan pequeño que no podrá hacerle frente a las calamidades. Dentro de todo esto hay una luz que es la esperanza, pues es mejor tener fe que vivir lamentándonos.
Llanto por la decepción
Vivía imaginando que la vida sería sencilla
o que al menos mis esfuerzos serían recompensados
pero ha nacido una verdadera odisea
este flagelo por no ver un triunfo importante me está acabando
las lágrimas brotan como nunca
y el miedo por el fracaso aumenta.
Un miedo que corre por la venas de forma mansa
pero que destruye hasta los órganos
y que disminuye cada vez más mis ganas de existir
miedo a no poder ser feliz
a no conseguir lo que la mente me había prometido.
No niego que me encantaría despertar pero es imposible
no es un sueño
mas bien es una mala realidad
una mala vida
un golpe tan duro yo no sé
una rutina que agota mi optimismo
la desdicha en su máxima expresión
un lamento que no tiene cura
una tristeza que no tiene cuando terminar
así me siento, no lo anhelo.
Pero el apoyo de los demás es bueno
tranquiliza aunque no sane
y los consejos tan sabios
me ayudan a despejarme
es duro vivir así
pues no tengo de qué sentirme orgulloso
espero que esto no merme mi capacidad de recuperación
ya que poco a poco siento que desfallezco.
Hasta cuándo tendré que ver los semblantes de los demás tan resignados
espero que esto no se convierta en una constante
y es que no dudo de lo que puedo hacer
sin embargo presiento que no podrá ser tan fácil
y creo que un tanto complicado.
Estoy solo
pero bien acompañado
sufro en silencio
pero no lo disfruto.
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