En esta vida todos hemos tenido tropiezos, todos hemos pasado por circunstancias terribles que han marcado nuestro panorama hacia el futuro, eso nadie lo podrá negar. Pero a pesar de los diversos tipos de problemas que una persona pueda sufrir, en ocasiones las desgracias son tan trágicas que casi la mayoría se siente afectada, ¿acaso nunca han sentido dolor por la desgracia ajena?
Es penoso reconocerlo pero a algunas personas les toca asimilar una vida tormentosa, llena de golpes tan fuertes, yo no sé, uno tras otro como si fuesen predeterminados, puntualmente para hacer llorar, para hacer creer a los atacados que no podrán salir adelante, parece como si el destino se hubiera ensañado con cierta clase de gente, ¿qué podríamos aprender de dichos desafortunados?
Adversidad sin límites
Siento un dolor tremendo
lo siento tan agudo y no sé por qué
me duele tanto y no sé la causa
pero después de tanto tiempo sufriendo
empiezo a comprender:
un destino sentenciado a la derrota
una vida sin amor verdadero
un camino sin luz ni esperanza.
¿Cómo puedo salir de este hoyo tan excavado no sé por quién?
¿cómo me libro de lo que amenaza mi eterna felicidad?
¿cómo hago para encontrar una pequeña dosis de fe?
¿qué debo hacer para no resignarme a perder en esta vida hermosa?
no tengo nada, pero como quisiera tenerlo todo.
Con las canciones tristes me identifico
con los llantos desgarradores me estoy reencontrando,
si con una buena pista me motivo
ver llorar a alguien que está en iguales o peores condiciones que yo
simplemente me arruina la poca dicha
que de vez en cuando suelo fabricarme.
Menos mal que hay lindas canciones
así como buenas personas que dan la mano
y a pesar de la oportuna ayuda
a veces no basta para poder sentir el éxito
es complicado para los que no tenemos nada
porque deseamos tenerlo todo.
Luego del arduo trabajo
puedo sentir que mi esfuerzo es lo que necesito
para hacerle frente a la adversidad
para decirle no vuelvas más
para demostrar a cada uno de mis opositores
que las esperanzas viven en quienes lo anhelan
en quienes ofrecen hasta su vida por sus ideales.
Todos sucumbimos ante lo problemas
no obstante, los que me ha tocado librar
son aptos para gente especial
que quizás haya nacido para afrontarlos con valentía
una valentía que es dada por Dios
pues de lo contrario no seguiría ahora con aliento en mi ser.
Siento mucho decir
que así como yo hay miles
unos sobreviviendo
y otros pereciendo,
lamento demasiado contarles esto
pero es una forma de descargar con inteligencia
todo el daño que he ido acumulando.
Espero que ya pronto culmine
bien por mi mano,
con la ayuda de quienes me estiman,
por la misericordia del Señor
ya que no creo que tanta mala fortuna
tenga que durar para siempre.
Espero con ansias ese momento
lo estoy esperando todos los días
aunque se oculta con esmero
debo hallarlo ya
todo para no tener que olvidarme
de la inigualable libertad.
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