Perversa hipocresía

Cuando nos relacionamos con los demás siempre por lo general nos ofrecen su más perfecto semblante, además de una conducta intachable digna de respeto y admiración. Pero cuando no estamos delante de esta clase de personas traicioneras, terminan incluso maldiciendo nuestras vidas de una forma casi anormal, eso no es cosa de ficción sino de una realidad preocupante a la que muchos lamentablemente se unen quizás disfrutándolo.

hipocresia
Bueno, qué le vamos a hacer, al parecer están hechas para eso, para apuñalar a otros cuando estos no se pueden defender, en particular me producen repugnancia, son como víboras esperando el momento oportuno para soltar su veneno, un veneno que duele en ocasiones pero que en otras destruye la imagen de algunos por los falsos cargos imputados. 

 Lo peor de todo es que se meten al bolsillo a la gente nueva de un grupo pero por desgracia siempre habrá alguien desafortunado que no les simpatice. Este desdichado se topará con un ser dispuesto a decir cosas que incluso son irreales tan sólo para verlo hecho pedazos. El resto del grupo le empezará a creer más a los hipócritas, aun cuando su compañero maltratado tenga toda la razón. 

¿Qué hacer con este tipo de gente? A veces suelen dar consejos que ellos mismos jamás estarían dispuestos a llevar a cabo, pero hablan con tanta convicción que casi todos terminan por creer sus disfrazados discursos. 

¿Les ha tocado convivir con individuos así? ¡Lo lamento! Pero pese a todo hay que seguir pues personas así aparecerán siempre en el camino de quienes vamos por la victoria, de quienes tenemos pensado caminar por la vida dando pasos seguros y movidos por la virtud, de quienes incluso buscamos el amor genuino. 

Así es, hasta el amor se ve ensuciado por este tipo de males, esto se produce cuando por ejemplo ocurre una dolorosa infidelidad. Nos enamoramos como nunca y nos pagan de la peor manera posible, ¿eso es el amor? 

O cuando brindamos nuestra amistad a alguien que no se la merece, que nos acaba con palabras hirientes cuando siempre le dimos aliento en situaciones devastadoras, cuando aportamos de nuestro esfuerzo para que jamás sucumba ante la terrible escasez. 

Tratar sobre este tema no es fácil, sobre todo cuando hemos sido víctimas de este tipo de conductas condenables. Pero es bueno que reflexionemos siempre al respecto para que los que vengan no se burlen tan fácilmente de nosotros, ni de nuestros valiosos sentimientos ni de nuestra grandiosa amistad. 

Autor: A. Franco 

Foto: Vidareal.bligoo.com


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